Capítulo 1

Capítulo 1

El voluntariado:
crear sociedades igualitarias e
inclusivas

Introducción

Ante los desafíos que plantea el siglo XXI, como el aumento de las desigualdades, la emergencia climática y la pandemia de COVID-19, el voluntariado podría influir a la hora de “construir un futuro mejor” mediante la transformación de los sistemas económicos, políticos, ambientales y sociales subyacentes. El Secretario General de las Naciones Unidas ha instado a establecer “un nuevo contrato social para una nueva era”¹, un acuerdo dinámico y cambiante entre la ciudadanía y el Estado que tome como base nuevas normas, sistemas y estructuras de gobernanza que tengan en cuenta a todas las personas. Crear sociedades más igualitarias e inclusivas es un aspecto fundamental para llevar a buen puerto estas iniciativas.

Se observa la necesidad de entender el desarrollo desde otro punto de vista, es decir, como un proceso en el que pueden contribuir los voluntarios y voluntarias. No obstante, todavía no está claro el camino que se debe seguir. En la actualidad, el mundo está en busca del nuevo “contrato social”, así como de un nuevo consenso sobre los derechos y las obligaciones, y las funciones y las oportunidades, que corresponden a las diferentes partes interesadas de la sociedad.

[1] Tomado de la conferencia anual de Nelson Mandela del Secretario General de las Naciones Unidas, 2020, “Tackling Inequality: A New Social Contract for a New Era”, disponible en: https://www.un.org/en/coronavirus/tackling-inequality-new-social-contract-new-era/.

Aspectos destacados

Infografía clave

  • Figura 1.1. Un modelo de las prácticas de voluntariado en el siglo XXI
  • Figura 1.3. Evolución de las relaciones entre los voluntarios, las voluntarias y el Estado

Conclusión

Para que el mundo empiece de cero hacia la consecución de sociedades más justas e inclusivas, las partes interesadas, los voluntarios y las voluntarias tendrán que adoptar nuevas maneras de trabajar a fin de que los grupos más marginados y vulnerables puedan participar en pie de igualdad. Esto se traduce no solamente en nuevas estructuras y oportunidades que faciliten la participación, sino también en un cambio de mentalidad de todos los agentes, a través de un nuevo contrato social.

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